En sombras camina mi alma errante. El latido en mi pecho suena d

En sombras camina mi alma errante. El latido en mi pecho suena distante. {coro} Miro al cielo, busco una señal, pero el eco del frío es mi único hogar. Desilusión, un manto pesado, cubre mi ser con su abrazo helado. Vivo entre risas, pero siento la herida, un vacío profundo que muerde la vida. Los días se arrastran, como tibias nubes, tiempos sin brillo, ya no hay mañanas que cubres. La tristeza me abraza con manos de hierro, y mi voz se ahoga en un mar de desespero. Afuera la gente parece reír, mientras yo aquí, en el silencio, a morir. La esperanza se escapa, como arena entre dedos, se disuelve el calor en frías remembranzas de quedos. Deseo escapar de esta densa negrura, encontrar un camino, una nueva locura. {coro} Miro al cielo, busco una señal, pero el eco del frío es mi único hogar. Cada latido que suena, un puñal que me hiere, en busca de luz que ya no me exige. Puedo sentir la vida, el susurro del viento, un llamado lejano, un fugaz sentimiento. Si solo pudiera abrirme a lo eterno, dejar caer las cadenas que aprisionan mi invierno. Las estrellas brillan, a pesar de mi duelo, me inspiran a luchar, a romper este suelo. Las sombras se mueven, danzan en la bruma, y en medio del llanto, renace una pluma. {coro} Miro al cielo, busco una señal, pero el eco del frío es mi único hogar. Escribo mis sueños con tinta de fuego, mis deseos despiertan, hacia el cielo yo llego. Aun en la tristeza, hay un destello de vida, una chispa que arde, aunque sea furtiva. Hoy el frío me abraza, pero yo no me rindo, la esperanza se cuela, en mis venas yo la pinto. Con cada verso que nace, un latido en su viaje, la vida me llama, ya siento su coraje. Quizás hoy sea oscuro, pero el alba se asoma, y con cada amanecer, mi espíritu se toma. Así que aquí permanezco, entre sombra y luz, vivo, aunque sienta que en pena me seduz. En la danza de la vida, hallaré mi salida, seré un faro en la noche, una nueva partida. {coro} Miro al cielo, busco una señal, pero el eco de