Mi nieto Valentino es el pedacito de cielo que Dios me dio, es l

Mi nieto Valentino es el pedacito de cielo que Dios me dio, es la felicidad más grande que puede tener un ser humano después de los hijos, porque esto es una partecita chiquitita de mi hija. Mi nieto es mi felicidad eterna, Mi nieto es el mejor premio que pude haber recibido de mi pequeña Ana Belén. Ella misma hoy me regala el más bonito horizonte. Mucho cielo para este abuelo que no se cansa de amar y espera todo el tiempo por llenar de abrazos, besos y regalos. Por él, soy capaz de lograr imposibles. Mi nieto es mi pasado, mi presente y el futuro que me resta. Mi historia, mi familia y mi sangre. Este nene tan pequeño que veo crecer frente a mí me permitió volver a soñar al ser partícipe de sus sueños. Me mostró que tengo tanto que aprender. Despertó en mí nuevas pasiones que creía imposibles. En suma, vino a este mundo para terminar de ablandar aún más mi corazón. Ver aquello en lo que se considera fabuloso, escuchar aquellas historias que lo tienen atónito, observarlo al hamacarse o deslizarse por el tobogán, al pedalear su bici, enforzarse para patear la pelota como le voy enseñando, es ver magia pura. Su preciosa carita y ese dulce «Teiteiiiii» bastaron para volverme loco. Por eso, prometo bajarle la luna, arrimarle al sol y llenar de lo que me pida cada día. Recordar aquellos bellos días de mi infancia. Sentir los viejos aromas y juegos. Mi pedacito de cielo, mi mundo, mi felicidad y mis ganas de vivir. Gracias mi amor, por enseñarme a amar de nuevo, por hacerme sentir útil, amado y con mucho para dar. El día en que yo me vaya, te estaré cuidando desde los cielos, Te amaré con locura hasta el día de mi partida. Te ama inmensamente El abuelo Tei Tei