“Desde aquel octubre”

Desde aquel octubre, un veintidós sin final, la vida cambió con solo verte llegar. Tus ojos me hablaron, sin decir una palabra, y desde ese día, mi alma ya no andaba sola. Fuiste valiente, fuiste hogar sin preguntar, aunque el cansancio a veces quiera ganar. Tú llegas sonriendo, aún después de tanto andar, pones a Iris y a Raúl primero al despertar. Eres mi fuerza, mi sol al amanecer, el padre que da todo sin retroceder. Nelson, tu amor es mi verdad, mi suerte, mi paz, mi eternidad. Y cada Día del Padre te vuelvo a elegir, porque contigo siempre quiero seguir. Tú, con tu gracia y esa forma de reír, nos llenas la casa de amor y de sentir. No hay noche tan larga, ni día sin color, cuando tú estás cerca, se enciende el corazón. Y en cada mirada de nuestros dos hijos, veo tu reflejo, valiente y sencillo. Gracias por ser tú, por no rendirte jamás, por darlo todo sin mirar atrás. Eres mi fuerza, mi sol al amanecer, el padre que da todo sin retroceder. Nelson, tu amor es mi verdad, mi suerte, mi paz, mi eternidad. Y cada Día del Padre te vuelvo a elegir… porque amarte es mi forma de vivir.